Este pasado viernes 13 de enero estuve por el Centro Cultural de España haciendo una visita guiada por el mismo artista a la Exposición Placebos del artista dominicano Jorge Pineda y quiero compartirles mi experiencia.
La mayoría de las piezas exploraban temas relativos al individuo
frente a la realidad y cómo reinventarla, sus obras con gran técnica, calidad y
de mucho impacto. Ahora les cuento que lo genial de mi experiencia fue que
después de caminar la exhibición completa por mi misma, disfrutarla y encontrar
mi propia versión de cada obra tuve el privilegio de ser guiada por el mismo Jorge
Pineda. Empecemos por el titulo: placebos, un placebo es una sustancia que
carece de acción curativa pero produce un efecto terapéutico si quien la toma está
convencido de que es un medicamento realmente eficaz, o sea es un juego con la psiquis,
tal cual vamos experimentando nosotros viendo sus obras.
La visita guiada empezó con una breve explicación de cómo se arma
una exposición y todas las personas que intervienen en ella, su intensión más
que hablarnos de su trabajo fue que entendiéramos cómo podemos o debemos ir a
ver una exhibición incluso a un museo, los aspectos lúdicos de ver arte pero
también el reconocer lo que alimenta el alma, el intelecto y la sensibilidad. Nos
habló y nos inspiró a ser artistas integrales y disfrutar y enriquecernos de
las demás artes y del trabajo de los demás, de importancia de saber leer y de
interpretar. Habló de la importancia de la leer la sinopsis que generalmente
deja el curador de la expo acerca de la obra antes de verla, analizar todo el
alrededor, pensar ¿por qué esta obra es la primera? ¿por qué está colocada aquí
o de esta forma? Cuestionarnos…
Su primera analogía para mi fue exquisita, la obra se llamaba
Guggenheim y era una maqueta replica en aluminio del famoso museo en NYC
diseñado por el Arq. Frank Lloyd Right convertido en algo parecido a una trampa
de ratón en la que caemos los que disfrutamos ver, sentir y experimentar arte y
el placebo que es para un artista estar en ese museo. Luego pasamos a la nave
central, este espacio profundo todo blanco en cuyo fondo se encontraba un mural
que en mi logró exactamente el efecto que luego Pineda nos compartió quería
lograr, al ver este globo gigante muy parecido a la luna me llené como de
alegría (sobre todo porque soy amante de la luna) pasé unos cuantos minutos
observándola y cuando me acerqué a leer el nombre fue cómo si ese inmenso globo
se me desinflara dentro, estaba pintado con carbón natural de la Sierra de Bahoruco
la cual está totalmente deforestada, su obra es una protesta a la poca
importancia que damos al medio ambiente y a nuestro bello sur de la isla.
Luego pasamos a discutir de unos 5 del total de dibujos expuestos.
Una secuencia de dibujos y personajes sin rostro cada uno protagonista de su
historia, una historia orientada hacia lo íntimo pero también hacia lo social.
Abiertamente el artista expresa una preocupación por la niñez y se puede leer
en sus trabajos. Sus dibujos poseen para mi una mezcla de realismo y
surrealismo, emociona… conecta.
Al pasar a la siguiente sala nos encontramos con 4 piezas
totalmente distintas pero iguales en fuerza y poder. Según el mismo explica le
gusta reinventar y no encasillarse pues se deja de crecer como artista. Desde
que entrabas ese mural del rostro de la también artista que murió muy
joven Ana Mendieta te mira fijamente
cómo en una especie de camuflaje en rojo y tonos rosa que realizó completamente
con pintalabios y al conocer la historia tras la obra definitivamente aún más
impactante y fascinante. En esta sala se encuentran también la obra Ciguapa
unos zapatos de cerámica de una familia reflejando la fragilidad de ambos padre
e hijos, luego cuando miramos arriba este gran panal como de comején realizado
con brillantes falsos concepto que no era muy difícil de entender si eres de
esta media isla y por último una instalación, un conjunto de plantas vivas,
verdes y con esperanza, genial como pieza para finalizar el recorrido, su
cierre y regalo para nosotros fue permitirnos cosechar lo que había no solo en
la vegetación si no todo el arte y el cuestionamiento social que nos llevamos
cada uno de los asistentes. Gracias Jorge Pineda.. sin desperdicios.
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This Friday, 13th of January, I was in the Cultural Center of Spain partaking in a guided tour of the Exhibition Placebos of the Dominican artist Jorge Pineda, and I want to share my experience.
Most of the pieces explored themes related to the individual
versus reality, and how to reinvent it; his works show great technique and quality
and have a big impact. The great thing about my experience was that after walking
the complete exhibition, enjoying it and finding my own understanding of each
work, I had the priviledge of being guided by Jorge Pineda himself.
Let's start with the title: placebos. A placebo is a substance
that lacks curative action but produces a therapeutic effect if the taker is
convinced that it is a really effective drug; or it is a game with the psyche,
as we are experiencing by watching his works.
The guided tour began with a brief explanation of how to set up an
exhibition and get everyone involved in it; its intention, rather than talk
about the work, was that we understood how we can or should go about
approaching an exhibition (even a museum). The aspects of appreciating art can
be playful but it is also necesssary to recognize what nourishes the soul, the
intellect and the senses. He spoke to us, and challenged us to be integral
artists, and to enjoy and enrich ourselves with the other arts and work of
others. He promoted the importance of knowing how to read and interpret, and talked
about the importance of reading the synopsis usually left by the curator of the
expo; hence, being informed about the work before seeing it is essential.
Analyze all around you and question everything; why is this particular piece the
first in the exhibition? Why is it placed here or in this way?
His first analogy was exquisite. The work was called Guggenheim
and was an aluminum replica model of the famous museum in NYC designed by the
architect Frank Lloyd Right. It was turned into something resembling a mouse
trap. Then we went to the central nave; this deep space, all in white, posessed
a mural in the background that for me, achieved exactly the effect that Pineda
aimed to achieve. To see this giant globe resembling the moon filled me with
joy (especially since I love the moon). I spent a few minutes observing it and
when I came to read the name it was as if that huge balloon was deflating
inside; it was painted with natural coal from the Sierra de Bahoruco (which is
now totally deforested). Its work is a protest to the little importance that we
give the environment, and to our beautiful southern part of the island.
Then we proceeded to discuss five of the exhibited drawings. These
were made up of a sequence of drawings and characters with no face, each a protagonist
of its history, with a story oriented towards the intimate but also towards the
social. The artist expresses a concern for childhood which is really noticeable
in his works. His drawings have for me a mixture of realism and surrealism.
When we moved to the next room we found four more pieces, completely
different in content, but equal in strength and power. According to Pineda,
this is how he likes to reinvent his work, rather than pigeonhole (because this
hinders his growth as an artist.) From the moment you enter the mural, the face
Ana Mendieta, a fellow artist who died very young, looks at you in kind of red
and pink shades of camouflage. The piece
is made up completely of lipstick, and knowing the story behind the work
definitely provides the on-looker with even more shock and fascination.
Also in this room was the work ‘Ciguapa’ which shows some ceramic
shoes of a family reflecting the fragility of both father and children. Looking
up this great honeycomb piece you can make out a bright false concept that is
not difficult to understand if you are from this half of the island.
Finally, there was an installation in the room: a set of green
plants; living and hopeful. This was a great piece to finish the tour because
of its closure and its symbolic nature as a gift for us to harvest what was not
only in that particular vegetation, but in all the art. Thank you Jorge Pineda…
a truly insightful experience.